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DiGiorno personal size pepperoni pizza
Hoy ha sido el segundo jueves que he retransmitido en directo por Twitch cómo me comía una pizza. En realidad me he comido dos porque eran pequeñas.

La primera ha sido esta DiGiorno por la que he pagado $4.49 en el supermercado. Se trata de una pizza congelada que se puede preparar en la freidora de aire.


A estas alturas de la vida la memoria me empieza a fallar y es en parte por lo que decidí documentar todas las pizzas que me comía. Creo que no he comido ninguna pizza de DiGiorno y a la vez siento que debería de haber comido alguna porque tengo la sensación de verlas en todas partes. Para ir a lo seguro decidí empezar con esta pizza pequeña.


El tamaño personal de las pizzas congeladas no tiene nada que ver con el tamaño personal de las pizzas de restaurante. He hecho una foto comparando la pizza con mi mano para que se aprecie lo pequeña que es.

Parece que para el tamaño que tiene va bien servida de pepperoni y queso. El tomate casi no se aprecia antes de cocinarla.

En la caja te incitan a prepararla en una freidora de aire... después de ponerla un rato en el microondas. Aquí cometí un error porque no tenemos microondas en casa. Decidí arriesgar y meterla directamente en la freidora de aire y dejarla un par de minutos extra (supervisando).


Por fuera parecía que la pizza estaba hecha. La corté en cuatro y le di el primer bocado. La masa es esponjosa y consistente. Tanto que su interior, a pesar de haberse descongelado, todavía estaba fría. Me gusta la comida fría y a veces como pizza directamente de la nevera. Aunque las instrucciones no siempre funcionan para las pizzas congeladas en este caso me desvié demasiado.

El pepperoni estaba correcto. Durante el directo saqué un paquete de pepperoni que tenía en la nevera para comparar. El resto de la pizza no me gustó en absoluto. La masa demasiado consistente y el queso demasiado cremoso. Las proporciones no están conseguidas.

En el pasado he probado más pizzas de estas dimensiones aunque de una cuarta parte de su precio (del Dollar Tree) y juegan casi en la misma liga. La liga del NO VALEN LA PENA. Mejor gástate ese dólar (o los cuatro y pico de esta) en chicles.
20 Jan - Sin comentarios -
Italian Sausage & Uncured Pepperoni Pizza de Newman's Own
El jueves pasado decidí comerme una pizza en directo por Twitch. No es algo que lleve tiempo queriendo hacer. Ni siquiera soy usuario recurrente de la plataforma. Intuyo que el aburrimiento y la soledad a la que estoy expuesto la mayor parte del tiempo desde que me mudé a Chicago ha hecho que explore diferentes formas de conectar con otras personas.

Recuerdo hace años ver vídeos de gente comiendo en Youtube. Me pareció tristísimo al principio y curioso después. Resulta que el fenómeno tiene un nombre: muk-bang.

En lo referente a mi primer stream con cámara no puedo decir que el evento fuera un éxito y sin embargo tuve a unas cuantas personas conectadas. Principalmente amigos y conocidos. En algún momento llegué a tener a 9 personas viéndome a la vez.



Hubo varios motivos por los que elegí esta pizza. Buscaba pizzas que no hubiera probado antes y que fueran de pepperoni o pepperoni y salchicha. De esta me gustó en concreto que fuera de masa fina y que tuviese queso 100% real, no preparados lácteos. Para que mentir, el color de la caja también fue decisivo. El precio, $7,49.

Durante el evento fui haciendo las fotos que normalmente hago de las pizzas aunque con los nervios olvidé algunas, como por ejemplo las de la caja. Así que he copiado la imagen de la web oficial y listo.


La pizza viene envasada en plástico transparente y sobre una bandeja de cartón redonda.

Todos los ingredientes están bien ordenados y parece que la proporción es más que buena.

Las instrucciones de preparación son sencillas. Precalentar el horno a 425°F y hornear 10-12 minutos. En estos casos yo siempre pongo el temporizador en el valor más bajo (a veces menos) y a partir de ahí controlo a ojo.

En este caso 10 minutos fueron más que suficientes.



Olvidé hacer la foto antes de cortarla. Como todavía no tengo cortapizzas sigo usando un cuchillo grande.

La masa es tan fina que la corté sin darme cuenta. Apreté mucho con el cuchillo pensando que estaba bien crujiente y resulta que ya la había cortado y era la mesa la que ofrecía resistencia.

De la pizza puedo decir que la proporción de ingredientes es casi perfecta. En cada bocado puedes saborear salsa de tomate, queso, salchicha y pepperoni. La salsa de tomate no es muy abundante. Supongo que al tener masa fina no quieren arriesgar a que no pueda soportar todos los toppings pero la masa es resistente y tiene margen para un poco más.

Tanto la salsa de tomate como las salchichas van especiadas y tienen un toque picante muy ligero y agradable. El principal problema de la pizza es que el queso no dice nada. Está ahí, es 100% mozzarella de leche entera, pero no aporta nada. Intenté aislar un poco de queso para probarlo y no conseguí encontrarle mucho sabor. La salsa y la salchicha son las que guían esta pizza.



Mi estilo preferido de pizza es la pizza napolitana y es por eso que de manera inconsciente tiendo a buscar pizzas con masa fina en el supermercado sin tener en cuenta que el resultado va a estar siempre en las antípodas. Es imposible conseguir una masa fina, elástica y sabrosa en un producto ultracongelado.

En general la pizza está buena. Precio justo para la cantidad que ofrece. Ingredientes con buen sabor y toppings generosos. Creo que el packaging me ha jugado una mala pasada y me ha impedido disfrutar como era debido del sabor. Esperaba más de ella. Algo que la hiciera única.

En España se pueden encontrar buenas pizzas de restaurante por este precio o un par de euros más. Aquí en Chicago la pizza napolitana individual ronda los $20 (casi siempre los sobrepasa).

No creo que la vuelva a comprar. Cuando me apetezca una pizza de masa fina buscaré algún restaurante. Por supuesto está la excepción de los jueves, donde seguramente volverá a aparecer alguna pizza de masa fina que no haya probado antes.
14 Jan - Sin comentarios -
Small Cheval, hamburguesas buenas en Chicago
No solo de pizza vive el hombre y viviendo en los Estados Unidos de América sería una falta de respeto no comer una hamburguesa de vez en cuando.

Ayer por fin las temperaturas subieron de los 10°C. Las dos semanas anteriores se mantuvieron bajo cero con picos a -20°C. Para celebrar que durante unos días no tenemos que llevar doble calcetín decidimos salir a comer por ahí.

Hasta hoy solo conocía Small Cheval de pasada. Un día dando vueltas por Wicker Park acabé sentado en uno de sus bancos pero no era el momento de comer una hamburguesa. Apunté el local en mi lista. Pensaba que era una única hamburguesería pero resulta que es parte de una cadena. Según la web ahora mismo hay 6 Small Cheval en Chicago.

No solo es una cadena de hamburgueserías sino un grupo de restaurantes llamado Hogsalt. De todo esto me he enterado a posteriori, buscando información del local en internet. Lo más sorprendente de todo el asunto es que he estado en otros dos de los restaurantes del grupo y no sabía ni que estaban relacionados. High Five Ramen (del que debería haber escrito aquí pero no lo hice y ahora no me atrevo porque hace demasiado que fui y solo recuerdo que me gustó mucho) y el Green Street Smoked Meats, que está al lado del High Five Ramen. A este último fui a tomar una cerveza mientras esperaba para comer ramen y acabé probando una salchicha y una ensalada de patata. Lo dejé apuntado para volver a explorar con más intensidad.



La idea era comer en el local porque últimamente pasamos demasiado tiempo en casa. Al llegar vimos que solo tenían mesas en el patio y en la acera y no tenían estufas. Los bancos estaban parcialmente cubiertos de nieve.

Dentro del local había bastante gente esperando y fuera había una pareja decidiendo si comer en los bancos o irse a casa. Todos pensamos igual y acabamos yendo a casa a pesar de que por fin la temperatura era más o menos buena. Me resulta extraño decir que hacía buena temperatura habiendo nieve fuera pero lo de los días anteriores fue tan excesivo que tengo el termómetro averiado.

Nada más entrar se ve una mesa gigante con decenas de bolsas preparadas para llevar. La cola para pedir va hacia la izquierda, y a la derecha hay una zona de espera con agua, servilletas y cubiertos.

Me gustó mucho que al lado de la caja registradora había un cartel con las opciones. Hamburguesa normal ($9) o con queso ($11). Todas vienen con mayonesa, pepinillo y alguna cosa más. Le puedes poner bacon ($2). Patatas fritas ($5).

Los precios los he puesto de memoria porque venían con centavos. Pagamos $38 por una hamburguesa normal, una con queso y bacon, unas patatas y dos refrescos.



Al abrir el envoltorio una sonrisa se dibujó en mi cara. Cuando pedí las hamburguesas no tenía ni idea de cómo iban a ser. La grata sorpresa fue ver una hamburguesa de aspecto contundente que iba a ser capaz de comer sin que se me desencajara la mandíbula ni se saliera todo su contenido.

El pan era esponjoso y resistente. Tiene pinta de ser lo que los que ven Master Chef llaman brioche. La textura era agradable y no tenía un sabor que eclipsara al contenido.

En su interior un par de hamburguesas (patties las llaman aquí) finas, jugosas y con mucho sabor. Nada de marcianadas maduradas como está de moda ahora en España con aberraciones como Hundred.

El queso es el típico americano. No especificaban el tipo pero imagino que es American cheese (procesado a base de cheddar). La textura era buena y el sabor no era fuerte dejando saborear la carne y el bacon, que son las estrellas del espectáculo.



A no ser que sea muy evidente soy fatal para distinguir si las patatas de restaurante son congeladas o no. Me atrevería a decir que estas no lo son. A pesar de que la foto es basura pura, la ración es generosa. Las patatas son consistentes y están fritas al punto exacto. Crujientes por fuera, pero no demasiado y blanditas por dentro. Tienen sal por encima pero no demasiada.

La prueba de que las patatas estaban deliciosas es que no las mojamos en ningún tipo de salsa.

Por $38 me hubiera gustado poder comer sentado en los bancos del local. Cuando pago por la comida considero que estoy pagando también el alquiler del local y por lo tanto quiero disfrutarlo. Si nadie te lo lleva a la mesa y ni siquiera usas la mesa, ¿no debería ser más barato? ¿Por qué te piden propina si no hay camarero? Esto son misterios que todavía he de desentrañar.

Me he dado cuenta de que estos son los precios en la ciudad de Chicago. Algo de comer que sacie y una bebida rara vez baja de los $20 por persona a menos que sea happy hour.

La comida me ha encantado y es todo lo que le pido a una hamburguesa. Tengo bastante claro que he de regresar en cuanto el sol empiece a asomar más a menudo y no sea una locura salir en pantalón corto a la calle. ¡La próxima vez me la como en el patio!
29 Dec - Sin comentarios -
Pepperoni Pizza de Home Run Inn
Home Run Inn es una cadena de pizzerías de Chicago. Hay dos maneras de saber esto: lo pone en la caja y en la imagen la pizza aparece cortada en cuadraditos.

Tengo un par de sus restaurantes localizados aunque nunca he tenido la ocasión de entrar. Tienen fama de caros y a mi eso de pizza y caro en la misma frase me chirría. La pizza es la comida del pueblo. Es el alimento básico. Ver Premium Pizzeria escrito en la caja me hace querer llorar.


El diámetro de la pizza es 12” (30cm). Normalmente me como una pizza de este tamaño yo solo pero esta vez decidimos compartirla mientras veíamos Temblores. Pensando que sería poco nos hicimos una ensalada para acompañar. Juro que lo hicimos porque nos apetecía, no por compensar la gordura con verdura.

Me comí la ensalada primero y luego empecé con mi parte de la pizza. No creo que hubiera podido comerme una pizza entera aunque no hubiera comido nada antes. En un momento hablaré de la consistencia.

En las fotos puede observarse que no son muy generosos con el pepperoni. Como esta es la única pizza de Home Run Inn que he probado no sé si fue casualidad o es marca de la casa. Compararé cuando vaya al restaurante.

Con lo que sí son generosos es con el queso. Cremoso y abundante. Tiene todo el que le faltó a la Deep Dish de Red Baron.

El proceso de cocinado es precalentar el horno a 450°F (232°C) y luego meter la pizza al horno entre 15 y 17 minutos. Siempre pongo un temporizador unos minutos menos de los indicados para prevenir desastres. En este caso a los 13 minutos la pizza ya estaba lista.

Todavía no he interiorizado lo de estar viviendo en Chicago así que la corté en triángulos y no en cuadrados. Lo siento si te he ofendido. Y ya que estamos también confieso que la corté con cuchillo porque no tengo cortapizzas.



Al sacar la pizza del horno noté algo extraño. La pizza se mantenía tiesa. No se doblaba como los relojes de Dalí. Al cortarla también noté cómo la manera más eficiente de hacerlo era poniendo el cuchillo sobre la pizza y aplicando presión sobre la hoja hasta escuchar el crujido de la masa.

Una vez preparado para hincar el diente, cogí la pizza y me fijé en la masa. No tiene burbujas como la masa normal o el pan. Está formada por finas capas de masa que se superponen. Como un croissant. Al morder se nota cómo los dientes van atravesando capas de fina masa una tras otra. El sabor de la masa me recordó a las napolitanas de jamón y queso del Mercadona. Supongo que esto es bueno si hablamos de comida basura y malo si hablamos de una pizza premium.

El borde de la pizza no era esponjoso sino crujiente y compacto. Al morderlo dejaba caer migas.

Pagué $7.33 por ella en el Aldi. En otros sitios la tienen a $7.99 y en la web oficial te venden tres por $91.99. Pensaba que era un error pero los comentarios de la web lo confirman. Desde aquí te digo que si estás dispuesto a gastar ese dinero, yo te las llevo y me quedo la diferencia.

Por el precio que pagué me parece una buena pizza. No la pizza que me comería cuando me apetece una pizza pero sí la pizza que me comería cuando me apetece una pizza pero estoy cansado de la pizza de siempre.
13 Dec - Sin comentarios -
He empezado Bird by bird de Anne Lamott y a las pocas páginas he encontrado esta joya.

No tengo pensado empezar ningún proyecto ni pequeño ni grande de escritura. Creo que se puede aplicar a todo en la vida en general. Los lunes son para llorar.

12 Dec - Sin comentarios -