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Pizza Lobo
A una distancia razonable para ir andando desde casa tenemos unas cuantas pizzerías. En los pocos meses que llevamos aquí me emocioné con una pizzería y he estado yendo religiosamente todos los miércoles hasta hace un par de semanas que decidí que era hora de explorar el territorio. Ayer decidimos salir de expedición.

Casi a diario paso por delante de Pizza Lobo. Es uno de esos locales que son muy vistosos desde fuera. Tan vistoso que temes que la comida no le pueda hacer justicia.

Unos amigos nos advirtieron de que es bastante caro y aunque la comida no está mal no merece el precio. Por otro lado he visto a gente en el grupo de Facebook del barrio que adora este sitio.


La pizzería es bastante grande. El edificio principal tiene una barra rectangular en el centro y mesas alrededor. Cuenta también con un amplio patio que tiene tanto zona cubierta como descubierta. Hay mesas grandes y pequeñas. Para parejas y grupos. Sillas, mecedoras, hamacas. Y hasta una zona para tener una hoguera y reunirse alrededor.

Cuando elegimos sitio el camarero nos explicó que hay dos códigos QR diferentes. Uno para ver el menú y otro para pedir y pagar directamente desde la mesa.

Los precios son los típicos del barrio. $12 por un cóctel enano y $8 por un vaso de cerveza. No me gustó que no conocía ninguna de las cervezas pero eso es problema mío. Después de preguntar al camarero pedí la más ligera y no estaba mal del todo.


Me gustó que la carta no era muy extensa. Soy muy indeciso y odio tener que elegir a la hora de comer.

Mientras llegaba la pizza pedimos coliflor con miel y ajoaceite que estaba francamente buena. No me gustan las verduras hervidas y en especial la coliflor, pero al horno la tolero.


La pizza llegó bastante rápido. Pedimos la borgata: salsa roja, mozzarella, pepperoni, ricotta, miel de chile de Calabria y albahaca. $29 por una pizza de 16".

La pizza tiene buena pinta y huele estupendamente. La albahaca era fresca. Posiblemente de los muchos maceteros con bellísimos ejemplares que tenían colgando por la terraza.

Lo que no me esperaba es que la ricotta estuviera servida en zurullitos encima de la pizza. Pensaba que iba a estar espolvoreada junto a la mozzarella. Nunca nos habíamos enfrentado a algo así y nos pareció que lo más obvio era esparcir la ricotta a lo largo de la porción. No me agradó la experiencia.

La masa tampo es para echar cohetes. Enseguida se queda entre tiesa y gomosa. No duró caliente ni 5 minutos. Y aunque por el aspecto tenía pinta de estar crujiente, al menos en el borde, todo fue una ilusión.

La pizza es comestible pero no te va a cambiar la vida. No tendría que exagerar mucho para afirmar que he comido pizzas congeladas que he disfrutado más.



Ya sin hambre y con las sobras de la pizza y coliflor en una caja para llevar me eché hacia atrás en la silla mientras me acariciaba la panza por encima de la camiseta. Todavía me quedaba un poco de cerveza y se estaba de maravilla al fresco.

Entonces el perro de la mesa de al lado y yo alzamos la cabeza en un movimiento de alerta. Teníamos delante de nosotros a una rata de proporciones considerables. – ¿Splinter? – la llamé pero no recibí respuesta.

Mi mujer y los dueños del perro se percataron de la anomalía espacio-temporal pero su respuesta no fue la esperada. Nadie se levantó de la silla y subió de un salto a la mesa mientras de puntillas gritaba. Más bien empezaron a señalarla, sacar el teléfono y tratar de llamar su atención. Unas cuantas mesas se unieron al espectáculo pero la rata sufría de miedo escénico y se fue por donde vino.

Al final acabamos pagando $74 por una pizza, una coliflor, una cerveza y un cóctel (spicy paloma que no picaba). Impuestos y propina incluidos.

Si la conclusión es que me gustó más la coliflor que la pizza... creo que no me la juego si digo que no volveré a este local.


Aunque tenía pizza de anoche en la nevera, esta mañana desayuné cereales. Algo no debe estar funcionando muy bien dentro de mi.

Más tarde me dije que tenía que comerme la pizza. Al precio que la pagamos no la iba a tirar. La pizza no merecía que enchufara el horno. Y no tenemos microondas. Así que la calenté en la sartén.

Definitivamente y aunque no le puse demasiado esfuerzo, la pizza de Pizza Lobo no pasa el test del día siguiente.
01 Sep - Un comentario -

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