gorkula.com
Ir a Applebee's fue una mala idea
Las películas son una fuente inacabable de ideas para ver dónde o qué comer. Fue viendo el documental The Grand Unified Theory of Howard Bloom que presté atención a la cadena Applebee's. En el documental Howard Bloom tiene una cita con una mujer y deciden ir a Applebee's. Hace ya tiempo que vi el documental y no me gustó, así que es posible que esta parte me la esté inventando. Corrígeme si es así.

Le dije a mi mujer que quería ir a Applebee's. La cara de asco que me puso todavía la recuerdo tanto tiempo después.

Este mes de octubre me sorprendió un día diciendo que me iba a llevar por fin a uno. En su momento no hice la asociación pero después caí en la cuenta que es el perfecto restaurante para Halloween. La comida está tan mala que da miedo.

Llegamos poco antes de las 15:00, hora a la que empieza la happy hour y los entrantes están a mitad de precio. Nos hicieron esperar. Mientras tanto pedí un Mountain Dew de color azul. Ni siquiera me apetecía un refresco. Fue el color azul que era tan intenso que tenía que probarlo.



El restaurante estaba lleno de gente variopinta. Delante teníamos a una pareja joven de gran tamaño y delante de cada uno de ellos un plato de pasta con el que yo tendría suficiente para toda la semana.

En la barra había un grupo de señores y señoras de mediana edad que se conocían. Tenía pinta de que eran asiduos. Todos bebían cócteles y uno de ellos pinchaba los trozos de fruta del interior como si estuviese comiendo una ensalada.

Según iba señalando cosas para pedir en la carta mi mujer se iba retorciendo más y más. Siempre me dice que elija yo la comida y luego me va diciendo que no y al final acabamos comiendo lo que ella quiere. Esta vez al menos pude elegir las alitas de pollo deshuesadas con Flaming Hot Cheetos.
También pedimos palitos de pretzel con salsa de queso y mostaza y nachos con dip de espinacas y queso.

Si la descripción no te ha hecho babear la foto de arriba tampoco lo hará.

En Estados Unidos tienen un problema con el queso. Llaman queso a cualquier plástico derretido. El queso americano ni siquiera es queso. Si le añadimos espinacas, una de las comidas que menos me gusta, pues la comida no podía ir bien.

Los pretzels no estaban mal. Al fin y al cabo son un trozo de pan con sal por encima. La salsa de mostaza (y creo que miel) estaba buena. Muy dulce.

Las alitas de pollo... algunas estaban crudas por dentro y tenían líquido blanco. A la ya de por sí desagradable situación le añadí algo que no debería de haber hecho: busqué reseñas en internet. Varias personas aseguraban haber pasado días enfermas tras comer estas alitas.

Dejamos lo que quedaba en la mesa y nos fuimos. Pagamos no llega a $30 por todo.

Siento curiosidad por saber qué tal le fue la cita a Howard Bloom. Me pregunto si seguirá haciendo flexiones.
06 Nov - Un comentario -

Comentarios

Deja un comentario