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Honey Butter Fried Chicken
Cada vez que pasábamos conduciendo por N Elston Ave mi mujer me señalaba el restaurante y hablaba maravillas de él. Siempre terminaba con un "que pena que haya cerrado".

Resulta que volvió a abrir. Pero como muchos de los negocios de la zona, los dueños no han sabido comunicarlo a sus clientes habituales. Por lo que he visto en estos meses en Chicago este es un problema habitual. Necesitas el coche para ir a cualquier parte porque las distancias son enormes y esto hace que sea más difícil saber si un local ha vuelto a abrir o no.

Por fin encontramos un hueco para ir.

Entre los cambios que la pandemia ha traído y se van a quedar se incluye el autoservicio. Has de pedir la comida a través del móvil o de unas tabletas que llaman kiosks. Cuando la comida está lista dicen tu nombre por megafonía y vas hasta una ventana en la cocina a recoger el pedido. Cuando terminas de comer, tú mismo has de vaciar la bandeja y depositarla en su sitio.

Y a pesar de que el servicio es inexistente, cuando vas a pagar te preguntan cuanta propina quieres dejar. * En otro momento hablaré de las propinas, que me parece que es algo que se está yendo de madre.



La carta no es muy extensa lo que es de agradecer. Como era la primera vez que iba tenía que probar el pollo que da nombre al local. Pedí la versión sandwich. $11.95 por un un sandwich sin acompañamiento. Unas patatas fritas o asadas son de agradecer.

El pollo es abundante y está delicioso. Se saborea 100% la miel y la mantequilla. El rebozado es crujiente y el pollo está tierno.

En la carta exponen que el pollo está libre de antibióticos, nunca ha estado en jaulas y ha sido criado por humanos. Aparentemente han tenido una vida mejor que la mía. Y más útil, ya que me han proporcionado unos minutos de inmenso placer. No me imagino a nadie haciendo un sandwich con mis restos.

Ya que los sándwiches no incluían guarnición, la pedimos a parte. Creo que pedimos de todo: puré de patata con salsa de carne (gravy), mac & cheese, ensalada de kale, muffins...

En la foto se puede ver el tamaño de la guarnición (ensalada de kale). Elegimos el tamaño para compartir. $11.95 por cada una.



Las bebidas son realmente pequeñas y caras. Este margarita costó $10 y por muy guay que se vea en la botella solo tenía 18cl. Menos que un botellín de los pequeños de Coca-Cola. El margarita estaba bueno pero no repito. Si vuelvo a ir me quedaré con el vasito de agua gratis.

La comida en Honey Butter Fried Chicken está deliciosa pero los precios son un poco locos. O tal vez me lo parecen a mi porque estoy desempleado y vivo en un barrio demasiado moderno.

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* Esta vez no pedí y no pagué yo y parece ser que estaba equivocado y no te piden propina al pagar. Extraño porque en casi todas partes lo hacen. Lo hicieron esa mañana en la cafetería cuando nos dieron el café en la barra para llevar y cuando compramos una barra de pan en la panadería.
27 Aug - Un comentario -

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