No tenía ni idea de lo que iba a ser, así que me planté allí con nada. Qué vergüenza y mala educación.
Entre los organizadores y el resto de asistentes trajeron un buen montón de revistas viejas, tijeras, pegamento y demás cosas con las que expresarse en papel.
Teniendo un montón de tiempo en casa nunca me había puesto a crear algo por falta de decisión. La presión de estar con gente alrededor de una mesa hizo que acabara doblando un folio y pegando unos cuantos recortes.
Aprendí sobre todo que no hay que tener un plan trazado antes de sentarse. Basta con tener un rato libre, papel y tijeras.
Recortes e intento de zine
El resultado es este "Diálogo con la vida" que puede observarse arriba. Nunca saldrá a la luz su contenido. Lo guardaré con cariño para recordar la primera vez que conseguí hacer un zine.
