En casa de mis padres nunca se compra salsa de tomate. Se prepara.
Cuando me independicé y vivía en un piso compartido era muy complicado disponer de la cocina durante tanto tiempo. Siempre llegaba un compañero que movía la cazuela porque le molestaba o se quejaba vete tú a saber de qué.
Durante esos años probé varias marcas y llegué a la conclusión de que el tomate de bote de Mercadona está riquísimo. Seguro que tiene adictivos y un montón de azúcar. Y además deja los tupper de un rojo imposible de quitar.
Por suerte hace años que ya no comparto piso y he podido retomar esta costumbre familiar.
La receta es bien fácil y solo tiene tres ingredientes: tomate, aceite de oliva y sal.
Cuando me independicé y vivía en un piso compartido era muy complicado disponer de la cocina durante tanto tiempo. Siempre llegaba un compañero que movía la cazuela porque le molestaba o se quejaba vete tú a saber de qué.
Durante esos años probé varias marcas y llegué a la conclusión de que el tomate de bote de Mercadona está riquísimo. Seguro que tiene adictivos y un montón de azúcar. Y además deja los tupper de un rojo imposible de quitar.
Por suerte hace años que ya no comparto piso y he podido retomar esta costumbre familiar.
La receta es bien fácil y solo tiene tres ingredientes: tomate, aceite de oliva y sal.
El tipo de tomate hará que el sabor y la textura varíen.
Como andamos en tiempos de incertidumbre en los que a veces es complicado de conseguir lo que uno quiere en el supermercado (y porque a la hora que uno puede ir ya solo queda lo que queda), esta vez he comprado una malla de tomates. Creo que lo llaman así: tomate malla. No creo que sea por la variedad, sino por el envase.
La preparación es muy sencilla:
Como andamos en tiempos de incertidumbre en los que a veces es complicado de conseguir lo que uno quiere en el supermercado (y porque a la hora que uno puede ir ya solo queda lo que queda), esta vez he comprado una malla de tomates. Creo que lo llaman así: tomate malla. No creo que sea por la variedad, sino por el envase.
La preparación es muy sencilla:
- Pon una cazuela a calentar a fuego medio y echa un buen chorretón de aceite de oliva.
- Echa los tomates troceados (yo los parto en 4).
- Déjalos con la tapa hora y media, hasta que estén como en la segunda foto (antes de triturar). El tiempo puede variar según la cocina y la cantidad de agua de los tomates.
- Pasa el tomate por el pasapurés. A mi me gusta usar un disco fino y así ya no hace falta luego pasarlo por el chino.
- Si la salsa queda demasiado líquida ponla a hervir hasta que se evapore el agua que no quieras y quede una textura que te guste.
Es posible que quede un poco amargo y en ese caso hay gente que le echa una cucharadita de azúcar. A mi nunca me ha quedado amargo.
A veces, si me siento creativo, antes de freír el tomate doro una cebolla, hasta que está casi caramelizada y luego echo el tomate. Al triturar no se notará y dará un sabor dulzón.
De una malla de menos de 2€ me salen unas 8 porciones generosas de tomate. Me encanta que el arroz y la pasta naden en salsa. Si a ti no te gusta echar tanto, es posible que lo alargues a 10 o 12.
La receta no tiene ningún misterio. Lo peor es un poco el engorro. A mi me gusta pensar que el tomate se prepara solo en lo que yo veo una película. El resto (pelar, triturar y fregar) me lleva unos 15-20 minutos.
No tengo ni idea de lo que cuesta un bote de tomate en el supermercado. Estoy seguro que con este método no se ahorra mucho. De lo que estoy seguro es que es mucho más sano y gratificante.
04 May -
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