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Paella Valenciana Iberia
Llevo unos meses en Estados Unidos y una de las cosas que más me gusta es ir al supermercado.

Cada vez que vamos mi mujer me deja comprar una cosa que no conozco. Si tengo suerte, dos. Como si fuera un niño pequeño en una tienda de golosinas.

Normalmente compro cosas congeladas, patatas fritas o bebidas con sabores que nunca he probado. A estas alturas me gustaría decir que soy un experto en comida basura pero lo cierto es que disto mucho. Necesitaré unos cuantos años más de cata.

En repetidas ocasiones me he encontrado con productos de Valencia. Tienen sacos de arroz estilo Valencia pero cultivado en USA. También venden botecitos de especias con corteza rallada de naranja valenciana. Algún día cuando tenga material suficiente haré un recopilatorio de productos españoles y/o valencianos.

De momento, hoy, voy a centrarme exclusivamente en la paella. Es de lejos el arroz más famoso de Valencia. Pero no el mejor. El mejor no te voy a decir cual es porque no quiero que me lo fastidien como han hecho con la paella.

Desde lo alto de la estantería me mira. Han sido varias las veces que he resistido la tentación. Ya no he podido aguantar más. La caja invita a soñar. Si por $7 puedo conseguir lo que se ve en el frontal, ¡es un regalo caído del cielo! ¡Hay que ser tonto para no comprarlo!



No te miento al decir que estoy leyendo el lateral y la parte trasera de la caja a la vez que escribo esto.

En el lateral dice que hay cerca de 10 raciones por envase. 1,5 cucharadas de marisco y 2 cucharadas de arroz. Todo el mundo sabe que en Valencia con dos cucharadas de arroz tenemos suficiente porque el resto de espacio del estómago lo necesitamos para la cassalla.

En la parte trasera dice que hay 6 raciones de 1 taza. En Estados Unidos utilizan medidas extrañas y una taza no es una taza de café con leche, sino que tiene una medida exacta y se puede convertir en otras medidas. ¿Cuántas tazas son un pie? 🤔



Antes de abrir la caja la he agitado para tratar de adivinar su contenido. ¿Cómo vendrán los ingredientes para que puedan aguantar hasta 2025?

La respuesta es en una bolsa y una lata. Entre sorprendente y decepcionante. No tengo muy claro qué esperaba encontrar, pero desde luego una lata no.

El hecho de que me haya sorprendido es porque ni me digné a leer la parte trasera de la caja donde explícitamente dice "Contiene una bolsa con arroz especialmente sazonado y una lata con una deliciosa mezcla de mariscos".

Me encantaría conocer a la persona que escribió ese texto y, bajo juramento con la manita apoyada en una biblia robada de un motel de carretera, preguntarle si iba en serio cuando lo escribió.

La bolsa y la lata debían ocupar 1/3 de la caja. Al igual que con las patatas fritas y los juegos de mesa de Fantasy Flight Games, más de la mitad del paquete es aire.



La siguiente sorpresa-susto ha sido al abrir la lata. Solo dos de los ingredientes contenidos forma parte de la receta de la paella, la judía verde y sal. Aunque en la paella se usa la judía plana y esta es redonda.

No me voy a poner a discutir aquí sobre los ingredientes de la paella y si lleva o no chorizo. Los ingredientes básicos son: aceite de oliva virgen extra, pollo, conejo, judía verde, garrofó, tomate, agua, sal, azafrán y arroz. A partir de aquí hay ligeras variaciones según la comarca y lo que crezca o se críe en ella. Pero desde luego no lo que hay en esta lata.



En esta imagen se puede apreciar que media lata es aceite de soja. El resto de contenido de la lata es calamar, mejillones, berberechos, guisantes, zanahoria y pimiento dulce. Y aunque no lo ponga, juro que también hay pepinillos. En la última foto se pueden ver cortados a daditos entre el arroz.



A estas alturas ya ni me digno a pedir disculpas por usar una sartén. Por extraño que resulte los valencianos no viajamos por ahí con una paella (aunque la puedes comprar en el Walmart).

Quise seguir las instrucciones al dedillo y puse una tapa a la sartén, pero como era previsible, el agua desbordó al empezar a hervir.

Estoy aprendiendo a cocinar con gas y no controlo la temperatura, así que se me evaporaba el agua todo el rato. Tuve que echar más y más. La sartén era más profunda que una paella y temía que el arroz de abajo se pasara y el de arriba se quedara duro.



Por suerte el arroz debió crecer alimentado por una amplia gama de productos químicos que lo prepararon para todo tipo de inclemencias y quedó hecho al punto. Algo bueno tenía que haber en esta historia.

Ni el arroz bomba de Valencia es capaz de resistir todo lo que le hice y quedar tan bien.



Como paella ha sido una decepción total. Como experimento, un éxito.

La mayor pega a la hora de comerlo es que tenía tanta sal que la tensión se nos puso a la altura de la Sears Tower.

Mi parte favorita de toda la historia es cuando descubrí, al masticar, que había pepinillos en el arroz. Paré la tv para rebuscar en el arroz y maldecir en voz alta.

Puedo afirmar sin temor a equivocarme, y creo que estarás de acuerdo conmigo, que estamos ante un claro ejemplo de arroz con cosas.

PD: he visto en el supermercado que tienen dos cajas más con otros tipos de paella. No descarto volver a intentarlo pasado un tiempo. Estate al loro.
11 Sep - Un comentario -

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