Gorkula

Tormenta en Six Flags

Ayer me pedí el día libre para ir a Six Flags. Me encanta la idea de tener un parque de atracciones a menos de una hora de casa y que el pase de temporada sea asequible.

Esta foto es de cuando salí del parque. Ya habían empezado a caer truenos y no tardó en ponerse a llover.


Las colas no eran muy largas. Las filas estaban cerradas, por lo que se pasaba más o menos rápido.


La cola más larga fue para Superman, en la que tuve que esperar una hora al sol.



También subí al Goliath, Raging Bull y Viper. La cola para las tres fue casi inexistente. Si lo llego a saber hubiera repetido estas y que le den al Superman. La de Batman también tenía mucha cola. No me dio tiempo a subir en la nueva montaña rusa que inauguraron en mayo.

Era el último día de la temporada que Raging Bull estaba abierta. La van a repintar.

Fui el último en subir al Viper. Unos amigos iban a subir en el siguiente tren y les hicieron salir porque estaban cayendo rayos.

Hasta este momento hacía tanto calor que teníamos pensado ir a una atracción de agua para refrescarnos. El agua nos cayó del cielo.

Volveré para Halloween. Me gusta como decoran el parque y el ambiente que tiene. He ido ya un par de años y se está convirtiendo en tradición celebrar allí el cumpleaños.

#six flags

Cosas que me hacen feliz: darme cuenta que la semana pasada se me olvidó ver el capítulo de Bob’s Burgers y esta semana tengo dos por ver.

Macabramente cuqui.

#jesus

Adicto al café

Me bebo cualquier café que me echen. Prefiero el negro aguado, pero si le echas leche o sirope me lo bebo igual.

En casa molemos el café y usamos un french press. Esto es cosa de mi mujer. A mi me da igual de donde salga el café.

Desde que está embarazada ha disminuido su consumo de café. Me he estado bebiendo tres cuartos del café que preparábamos cada día.

Hace un par de semanas, por ansiedad y cafeína no pude dormir por varios días. Comí techo como un joven a la vuelta de la ruta del bakalao.

Esta semana decidí no tomar café. De lunes a jueves no podía mantenerme en pie. A las cuatro de la tarde ya no podía con mi alma. Tenía que echar una siesta. Y a las diez en la cama.

El martes me empezaron a doler las piernas. Las sentía súper pesadas. Como si hubiese pasado la noche corriendo y me hubiesen cambiado los huesos por tubos de plomo.

El viernes no podía más y me preparé un café. Más del que debería, seguramente. Aguanté todo el día sin siesta y me fui a dormir a las once.

Pero lo que me sorprendió es que descubrí por qué me dolían las piernas.

Antes de finalizar mi primera taza diaria de café me entran ganas de ir al baño. De lunes a jueves no lo hice. El viernes, en cuanto empecé a tomar el café fui corriendo al baño. Dejé aquello como la fábrica de chocolate de Charlie.

En cuanto me puse de pie el dolor de piernas había desaparecido.
#café

Un BMW viejito y bien cuidado ha aparecido hoy en el barrio.

#coches